Marcita Libertad es una bruja. La vas a querer, adorar y como todos los que queremos y adoramos a las brujas, también mientras la leas vas a querer usar un hechizo contra ella. Un que te re contra. Welcome to the jungle entonces.



jueves, 14 de octubre de 2010

Blackbird singing in the dead of night


No soy fan de los beatles, sin embargo fui a Liverpool en alguna de mis vidas y debo confesar que sus rastros me inspiraron respeto. Liverpool es un lugar lleno de sombras, de recuerdos, de english working class y no precisamente de white collar. Cuentan las buenas lenguas que a algunas personas el fantasma de john se les aparece cuando visitan el museo de los muchachos. No fue mi caso, triste …, porque recorrí el museo solita, así que perfectamente se me podía haber apersonado el fantasma amigable. Algunos especifican que el fantasma se les aparece a los cantantes, pero claro, no es mi caso, tengo la afinación de Sid Vicious cuando entona a mi manera. De todas maneras, triste, se podría haber apiadado de que llegué con mi mochila hasta ahí, de pura chusma.

Como fue en otra vida, no me acuerdo demasiado de este viaje pero si guardé en mi cabeza un par de instantáneas que paso a relatar: cuando me perdí en cementerio medieval en las proximidades de la catedral, la mismísima catedral que le dijo a paul que no podía entrar en el coro porque lo suyo no era el canto, las calles sanisidrenses que me llevaron a strawberry field –lugar mágico, lugar perdido, lugar extraño-, el cartel que se supone que decía “penny lane” que nunca encontré aunque caminé como tres veces la calle de arriba abajo, la calle lateral al puerto, su entorno muy años cuarenta, muy desolado y el piano blanco de john.


En esta vida, quizás más compleja que mi aquella vida, hoy me acordé de los gurrumines de Liverpool. La excusa fue un tema, un temón, blackbird, que no es ni blackberry, ni blackjack. Es sobre un pájaro negro, único, que espera una vida el instante preciso para volar. Digamos que, aunque se supone que todos los pájaros vuelan, que un pájaro vuele merece mi admiración. Ese pájaro no es un primo de juansalvadorgaviota, no es un pájaro new age, ese pájaro vuela hacia lo más oscuro de la noche.


Últimamente no he conocido a tantas personas a las que les interese remontar vuelo. Casi todo lo contrario, este año me topé con mucho movimiento rastrero. Pero en fin, me olvido de los Smigol, esta noche -que es extra rara- reivindico a los mirlos oscuros que vuelan con alas rotas y ojos hundidos, hacia el infinito y más allá.

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