SECRETO DE VACACIONES

Kika estaba llorando, shorando shorando como Luisita Kuliok o Kulok (porque si su hermana porta ese apellido es porque en su DNI aparece el mismo) en Extraña Dama. Shoraba porque empezaba la cuenta regresiva de las vacaciones y eso duele. Duele en el alma dejar el horizonte marino, replegarse al ir y venir en bondis, al empedradito que sujeta los tacos, a las mismas caras los mismos días. Me imagino que a ella la aburre el cuadrille de los guardapolvos, las sopas día tras día. En fin, shoraba.
Qué hacer cuando Kika shora? Se le puede inventar una historia inverosimil de duendes y princesas que por shorar tanto tanto se quedaron sin agua por cinco años; se puede mirar a la nada misma y esperar que se apiade de nuestra indiferencia, o se aburra. No es lo recomendable, pero se le puede tapar la boca con alimento o brevaje especialmente preparado. Pero no, lo que hay que hacer es prometerle el oro y el moro.
La chica shora porque se acaban las vacaciones y sí, una puede shorar por eso. Vale la pena. Yo cuando era chica lloraba tanto porque se me terminaban las vacaciones que empezaba a despedirme de los objetos de departamento costero. Sí, me despedía del señor azulejo, del señor mediomundo que colgaba como objeto inutil en el baño y así sucesivamente. Ahora que lo pienso, nunca se me ocurrió despedirme de los floripondios sin vida que adornaban el 8º 20-para gusto de mi progenitora kitsch, pero es un detalle menor. Si yo hacía eso, qué puedo esperar de lo que derivé genéticamente a Kika?
En fin, el oro y el moro, ahí quedamos y justito ahí viene el SECRETODEVACACIONES. Ustedes se merecen el secreto: hace unos años ingenié, cual quemadita que soy, un sistema por el cual nunca podía olvidarme de las vacaciones. Consistía en lo siguiente: mientras estaba en destino marítimo, cual larva playera, tiradísima en la arena calentita me dejaba mensajes a mí misma en el celular: NO TE OLVIDES DE LA PLAYITA, KIKA JUEGA EN LA ARENA Y ES FELIZ y algunos de un tono más grosero como CAGATE EN TODO y tal. Bien, como la que escribía era la larva playera no esperen variedad, lo que hacía era asignarme la misma frase una vez por mes, día al azar, horario siempre elegido con meticulosidad. Y ahí estaba yo en una reunión importantísma, con burócratas y gente sabia y mi celular me avisaba que me entraba un mensajito. Miraba de reojo como pidiendo disculpas por tamaña interrupción y aparecía fugaz un CAGATE EN TODO Y EN TODOS.
Eso fue genial, realmente sirvió hasta que actualicé mi celular y el mío fue a parar a manos de mi amorcito, quien hasta el día de hoy sigue burlándose de mí.
Pero a) Kika no tiene celular y b) no sabe leer. Entonces el secreto de vacaciones tecnológico no sirve. Pensé rápidamente en una variante, la desesperación del llanto + calor me llevó a lo siguiente: el SECRETODEVACACIONES es una palabra mágica como patatín patatero, o abracadabra. Y dije:cuando quieras shorar tanto porque mamacita no esté presente y a vos te esté cuidando en jardincete una chica de 18 años que te mira con más desconfianza que vos a ella, cuando quieras romper el guardapolvo como el increible hulk, salir corriendo como novia fugitiva o tener 25 años y ser JulyRoberts con Hugo el Grande en Nottinghill -aunque nunca la hayas visto, entonces ...., bancate un rato y cuando me veas decime simplemente: SECRETODEVACACIONES. El secretodevacaciones habilita a que: mamá tenga que jugar con vos aunque venga cansada del trabajo y quiera enquistarse en la notebook a ver actualizaciones de mis amigos remotos de la primaria en facebuk, habilita un abrazo de oso o unas cosquillas furiosas que solo aquel que aplica la palabra sabe el verdadero significado, habilita un helado aunque haga 8 grados y fredo nos robe a mano armada, o a ver por enésima vez la peli que ya vimos pero nos hace tan feliz.
En fin, yo tengo otros secretos de vacaciones pero se los cuento otro día. Pero hay que tenerlos, hay que militarlos, hay que preservarlos y hay que activarlos desde el mismísimo momento en el que salís de la ciudad playera de tus sueños hasta que volvés, maldormida y con las valijas a medio hacer y te topás con el sol y la gente del verano azul.