Marcita Libertad es una bruja. La vas a querer, adorar y como todos los que queremos y adoramos a las brujas, también mientras la leas vas a querer usar un hechizo contra ella. Un que te re contra. Welcome to the jungle entonces.



sábado, 12 de junio de 2010

La impune



Hay momentos en los una se queda en un punto, pone primera, se balancea sobre un adoquín, mira al costado y vuelve a chequear si el sol existe en algún lugar del cielo. Y entonces divisa las nubes. Qué complicado es imaginarse el sol detrás de las nubes. Por algo el germano Kant decía que en el camino del conocimiento, la imaginación era una parada importante, recién cuando imaginamos empezamos a poner algo de nosotros en juego.

Hoy, en día hostil climatológicamente quiero el sol veraniego. Y aunque no lo tengo cerca porque faltan todavía por lo menos seis o siete meses para volver a toparme con él en mi playa costera favorita, soy impune, así que lo imagino. Hoy es verano y sólo porque yo lo quiero.

Creo que de a ratos tenemos que ser impunes, así como tenemos que crear nuestros secretos de vacaciones, tenemos que barajar la impunidad. Una vez fui impune, les detallo: yo tenía una vecina, una señora a la que los años simplemente no le sentaron bien. La señora, digámosle X, vivía sola, me retracto, en realidad vivía con su mascota caniche apodada “Buki” o “elBuki”. La mascota era horrible, un perro desconfiado, que ni bien te veía venía a mordisquearte los talones, quizás el can estaba pidiendo clemencia pero confieso que nunca entendí la naturaleza perruna. En fin,durante el primer mes de convivencia vecinal traté de sacar mi costado gentil y vamos a ser justas, la señora respondía con cierta amabilidad. Hasta que un día, una goterita de aquí, un piso desnivelado de allá, una visita de amigos, un mano negra a las diez de la noche, que se yo, nos ubicaron en sectores diferentes de la terraza común.




Y la vieja empezó a hacerme la vida imposible. Me tiraba las facturas que tenía que pagar en medio de la escalera, me llamaba por teléfono si una hoja de una planta volaba por el aire y pasaba cerca de su ventana y lo que era peor, la tipa tenía como hábito, como ritual mañanero, lavar sus prendas íntimas y colgarlas en la terraza común a las ocho de la mañana día tras día, sin excepción de feriados y fines de semanas. Y como yo vivía y amanecía frente a la ventana que daba a ese sector de la terraza, mi primera imagen de cada día era el rostro avinagrado de la señora X. Es más, lo primero que escuchaba cada mañana era el gritito agudo y contenido de “Bukiiiiiiiiiiii” porque el caniche siempre pero siempre se le escapaba y quería entrar a mi departamento.

Digamos que internamente pasé por varios estados: primero le declaré la guerra, le contestaba sistemáticamente cada vez que la señora X me increpaba por temas varios. Sin disimulo, con rigor y entusiasmo, si la vieja buscaba guerra, yo apuntaba mis misiles y FIRE.




Hasta que un día me aburrió, me aburrieron sus verrugas, su perro, su chillido, sus pantuflas y joggineta y simplemente me dije: Marcita: una tiene que elegir las batallas que quiere librar. Y esa tarde, cuando volví del trabajo y abrí la puerta y la señora X me increpó porque le filtraba algo, producto de un mal trabajo que había hecho su retoño de 50 años en mi cocina antes de que yo alquilara, y la señora X empezó con su larga y tediosa perorata, fui impune. E impunemente desplegué mi brazo,


extendí mi mano


y le despaché a la chota señora X un:


“hablá con mi mano”,


“hablá con mi mano porque yo no te escucho más”.




Y santo remedio. Yo creo que la señora X pensó que estaba para el moyano o para el exorcismo, pero no importa.


Santo remedio.


A veces, la impunidad es eso, santo remedio frente a la chotada.

4 comentarios:

  1. Recomendación,
    Extender tres dedos: el índice, el mayor y el anular frente a una persona que nos resulte desagradable, y simplemente decirle: "leé entre líneas"
    Cuando lo ví, me pareció memorable.
    Todavía no encontré a nadie a quien dedicarle esa impunidad, pero lo más probable es que la persona que tenga en frente en ese momento ni siquiera lo entenderá... Pero no por eso dejaré de practicarlo.

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  2. es muy buena esa Mad, leé entre líneas, hummm, sofisticado.

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  3. Bukiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
    Te escucho decirlo Marci. Te estoy escuchando!!!!!! Y veo tus dientes que se matan de risa!!! No se si todos los que leen este blog saben que cuando contas algo, cada 5 segundos te descostillas de risa y se te dificulta bastante terminar el cuento. Bukiiiiiiii, lo escuché en directo y me morí. Aguante la impunidad!

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  4. ta buenísimo ser impune !! Es más, creo que es sano!!pero recordemos que hay gente inIMPUtable!!!jajjajaj!!!

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