Marcita Libertad es una bruja. La vas a querer, adorar y como todos los que queremos y adoramos a las brujas, también mientras la leas vas a querer usar un hechizo contra ella. Un que te re contra. Welcome to the jungle entonces.



martes, 1 de junio de 2010

Dos canciones y un insomnio


Bien, hoy no hay intrigas. Empiezo con una canción y termino con otra. No hay conexiones salvo estos días, mis días que vienen siendo bastante bravitos. Hay una canción de Lou Reed, Just a perfect day. No importa demasiado la letra, la letra es apacible y bella, y básicamente narra la historia de alguien que encontró a otro alguien y tienen lo que se dice: un día perfecto. Tanta apacibilidad me inquieta, pero antes de que me inquietara a mí, le inquietó a un director de cine bastante retorcidito que filmó la peli Trainspotting. En la peli se escucha la perfecta canción en la perfecta voz del angelito Lou mientras el protagonista Renton se retuerce después de una dosis y entra al embudo del mismísimo infierno. Olvidemos lo triste y sólo rescatemos esta idea que me viene rebotando cual pelota pared: ¿por qué algo tan perfecto y tan lindo, de repente repelente puede convertirse en una basura? Siempre me inquietó eso, cuando leí el libro, cuando vi la peli y ahorita mismo. Será por eso, porque algunas cosas me inquietan, que estoy con insomnio.

Nada de sonambulismo, ni siquiera llego a eso, te tengo insomnio, del duro, del que te dan ganas de despertar a todo el vecindario sólo por solidaridad. El tecito de tilo me hace cosquillas y aunque no soy hippiepachuli, tampoco soy de las que se pastillan así como así. En fin, pero como la suerte es loca y cuando te toca te toca, mientras escribo este post, en un canal de aire –como si los otros fueran enfrascados- aparece un doctor canoso con matrícula de doctor y todo que va a brindar al mundo sus consejos para las jóvenes con insomnio. Como te quiero doc: las reproduzco porque parecen de Delia Dora Fernández de Fernández y te los comento.

1- Dormir en un dormitorio: bien, ahora sí. Ya sé que no me conocés, que vos estás ahí en una tele enfrascada y yo acá en mi living juvenil, pero dónde crees que reposo? En una esterilla? Pensás que te duermo hoy acá y mañana allá? Por dios, qué concepto que tienen de los jóvenes, che.
2- No consumir café y alcohol antes de acostarse. Y ni que hablar del cigarrillo, el fumando espero es para otra cosa. Me repetís lo último? No lo entendí!
3- No realizar actividades físicas antes de irse a dormir. Esa te la cumplo, es más, desde ahora. Salvo que con lo de actividad física …, no, no creo.
4- Comer tampoco. Ok, dejame vivir. Te almuerzo un yogurt + manzana o una empanada. En algún momento de la vida tengo que ingerir algo. Este cutis juvenil no se mantiene con las cremas de más de 200 pesos, este cutis se lo debo a hidratación y ciertas dosis de proteínas.
5- No contar ovejas. No más de 100 o 150. Bien, este es el momento en el que deberíamos entregarnos al genial Juan Estrasnoy para que hiciera lo suyo. Ovejitas, ovejitas, es todo lo que tenés para mí. Te escuché con atención por un lapso de 2 minutos y 38 segundos para que me repitieras esta sarta de obviedades. Mirá que tomo la matrícula y te denuncio en el comfer.

Dejémoslo ahí. Paso a la segunda canción, de artista local, de artista muy bicentenario. Repito, tenía insomnio así que te vi las 5 repeticiones de los festejos del bicentenario. Creo que en la vez número 3 cuando el blancuzco Páez cantaba, algo de lo que dijo me sorprendió y lo cito entonces, porque no soy tan sabia como mirandita que te linkea el video del artista:

Me gusta estar al lado del camino /fumando el humo mientras todo pasa/Me gusta abrir los ojos y estar vivo/Tener que vérmelas con la resaca/entonces navegar se hace preciso/en barcos que se estrellen en la nada/Vivir atormentado de sentido, creo que esta, sí, esta es la parte más pesada/ En tiempos donde nadie escucha a nadie/ En tiempos donde todos contra todos/ En tiempos egoístas y mezquinos /En tiempos donde siempre estamos solos/ Habrá que declararse incompetente en todas las materias del mercado/ Habrá que declararse un inocente/ o habrá que ser abyecto y desalmado (…)

No es bueno nunca hacerse de enemigos/que no estén a la altura del conflicto/Que piensan que hacen una guerra/y se hacen pis en la cama como chicos/Que rondan por siniestros ministerios/haciendo la parodia del artista/Que todo lo que brilla en este mundo tan solo les da caspa y les da envidia(…)
Me gusta estar al lado del camino/Me gusta sentirte a mi lado/Me gusta estar al lado del camino/Dormirte cada noche entre mis brazos.


Así que después de todo esto, me digo y les digo muñecas y comuñes, no hay que mirar noticieros, sólo si algún amigo sale desde atrás de un móvil y nos saluda con dedicación. A veces, en noches brumosas y solitarias, los únicos lúcidos suelen ser los artistas.

4 comentarios:

  1. ...que feito lo del insomio, un señor muy cercano mío, diría: probaste con un churrencio? Mientras mirá a Fleco y Male...

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  2. Lo mejor viene con el insomnio. Que no tew quepa duda. Mis últimas dos novelas y mi tesis se las debo al insomnio. Creo que se lo trata mal al insomnio, pobrecito que lo único que hace es darnos una inusitada lucidez de la que tratamos de escapar durante el resto del día.
    Eso es lo hermoso del insomnio: nos ofrece un honesto y brutal silencio que nos espeja con nosotros mismos. Y con nada más.

    Dulces sueños, aunque estos vengan durante la vigilia. Y por favor, Marcita, prometame que nunca, ni por la desesperación que produce el insomnio, dejará de tenerlos.

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  3. Para despertar de una pesadilla hay que empezar a soñar.
    Esa es la receta, Marcita.
    Vuelva a soñar como sólo saben hacerlo las brujas buenas.

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  4. qué sabio mad, qué sabio. hoy postee algo sobre la impunidad, quizás sea un primer paso para volver a inventar algo.

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