Marcita Libertad es una bruja. La vas a querer, adorar y como todos los que queremos y adoramos a las brujas, también mientras la leas vas a querer usar un hechizo contra ella. Un que te re contra. Welcome to the jungle entonces.



jueves, 11 de marzo de 2010

Mi reina Agusita

Tengo una reina y se llama Agusita. Las demás no se ofendan. Kika, vos sos y serás la princesa mayor de esta galaxia, el infinito y más allá. Pero hoy quiero hablar de la reina Agusa.

La verdad es que pasaron años antes de que se convirtiera en mi reina. Pasaron varias cosas: Agusita era una auténtica polleruda, nunca vi criatura más adosada a la falda de su madre. Agusita era desconfiada, desde ese lugar de upa eterno miraba al mundo y a mi escaso metro cincuenta y pico con una seguridad y una desconfianza arrolladoras. Cuando bajó del upa y adquirió confianza motora, con su hermano macana se convirtió en la pesadilla de los comercios, reuniones familiares y afines. Era una tipa frontal, varonera, díscola, era prácticamente el conejito de duracell con pilas nuevas pero en una versión destructora. Y digamos que esta indiferencia mutua siguió hasta un día preciso en el que Agusita encontró su voz, una voz ronca, dulce, atrevida. Debo confesar que recién entonces le presté atención porque esa voz ronca en algún lugar me conmovió.

Debo confesar que fue Agusita la que se acercó a mí, y no yo a ella. Fue como si estuviéramos jugando en la salita del jardín y de repente una nena, a la que todos los días ves, pega onda con vos y jugás toda la tarde. Yo por esos días era todo lo contrario a una nena, era una adulta en un cuerpo joven que creía que podía transformar a mi familia, al mundo, y a las grandes verdades universales también. Yo era una especie de Lisa Simpson grandilocuente y enérgica y presumo que ella no entendía demasiado ni mi discurso, ni mis ausencias, ni el sentido de mi fumar permanente, pero como Agusita ya era reina y era una reina sabia, se acercó a mí.

Y a partir de ese minuto en el que conectamos, ella se volvió un ser incondicional. Debo decir que no es mérito mío sino una virtud de la reina. Ella está ahí, sin prejuicios y de esto pueden dar fe su millón de amigos. Porque la reina Agusita tiene un reino más grande que el mismísimo Roberto Carlos en la cresta de la ola setentista. Agusita, con su cara de dormida de domingo al mediodía está, está ahí, con el pijama, con su abrazo de osa mayor. Y te mira y nunca-nunca te juzga. Porque desde esa mirada fiacosa, la tipa detecta lo mejor de una.

Mi querida niña apasionada: pocas veces alguien me dijo que me quería tantas veces y tanto. Debe ser por eso, porque te creo profundamente y te adoro tanto, que sos mi reinita.

3 comentarios:

  1. sera por que te quieeero Tati, y todabia No se por que te digo tati. se que soy tu larba y histerica preferida ;)Gracias!

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  2. divinor Marcita, divinor.

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  3. si, tal cual sos la reina larva más histeriquita y adorable del universo.

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