Hoy la mañana me recibió con un "vos desentonás". En realidad ese vos se refería directamente a mi escritura.
Mi escritura siempre desentona: cuando escribo textos académicos, cuando repito hasta el cansancio textos burocráticos. El problema de estos últimos es mi uso liberal de las comas. Pareciera que poner comas da poco burocrático. Que los burócratas sólo podemos leer frases cortas, oraciones unimembres, órdenes contundentes y austeras estéticamente. El burócrata es un minimalista sin onda. Pero no va por allí la discusión de hoy.
El texto de hoy era un texto académico. Y mi desubicación, mi desentonar era porque mi texto era demasiado filosófico. Frente a tal comentario pensé: acaso esperaban algo no filosófico de alguien que precisamente estudió filosofía?
Bien, no importa, el punto es: debería molestarnos el desentonar? el ser raritos, aunque sea de a ratos? seguramente si estás en american idol, el desentonar no es lo mejor que te podría pasar, pero dentro del espíritu de las academias, cuál es la apuesta? cuál es la pérdida? cuál es la angustia del desentone? no lo sé amigos, como dice Olivia: regla de la vida número 324: tiene onda el desentonar, sobre todo cuando estás paradita en un campo de vejetes amargados.
miércoles, 3 de febrero de 2010
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